Interpretando el optimismo de Moody’s sobre el Perú, por César Gutiérrez
Los anuncios de las calificadoras de riesgo y las agencias de noticias
económicas y financieras tienen que ser analizados con desapasionamiento y
escudriñando hacia quienes van dirigidos sus mensajes. Cuando las noticias
señalan mejoría para los evaluados, estos aprovechan la circunstancia para
vendernos la ilusión de un buen manejo, que se puede acuñar en la sentenciosa
frase: “estamos mal, pero vamos bien”. Es el caso del gobierno peruano.
En enero del 2023, cuando las protestas contra Dina Boluarte arreciaban, la
calificadora Moody´s rebajó en una posición (de 7 a 8 de 22 ubicaciones) la
calificación de la deuda peruana de largo plazo, de A3 con perspectiva negativa
a Baa1 con perspectiva estable, que luego varió a negativa. Hace menos de una
semana la retornó a estable, pero manteniendo la calificación. El canal del
Estado estuvo exultante propagandizando que están haciendo bien las cosas.
Precisando lo que ha hecho la calificadora, durante el mes en curso ha
reubicado al Estado en la precaria situación que tenía en enero 2023, cuando no
se sabía cuánto duraría el mandato presidencial de la estrenada presidenta. Es
evidente que no hay nada que celebrar.
Es importante leer con detenimiento las afirmaciones de Moody's justificando
su proceder. Refiriéndose al gobierno afirma que “se han introducido reformas
políticas y hay un entorno político más favorable, lo que contribuye a la
estabilidad institucional”. Meritúa la bicameralidad y la reelección de
congresistas.
Es una mirada ligerísima y cortoplacista dirigida al mercado bursátil
neoyorquino, donde el EMBIG (diferencial de rendimientos entre bonos peruanos y
del tesoro americano a 10 años) de los papeles peruanos se redujo en el período
enero 2023 a agosto 2024, de 207 a 170 puntos básicos (pb), lo que es buena
noticia. Allá se percibe que es una mandataria con 6% de aprobación pero que
permanecerá en el cargo hasta el 2026.
Lo descrito es una señal para actores del mercado bursátil, pero no es
aplicable para inversionistas a largo plazo y en actividades en uso intensivo de
capital, en las que se evalúan temas como seguridad jurídica y ciudadana,
incertidumbre electoral (hay una treintena de partidos en disputa de la
presidencia) y baja calidad técnica de los funcionarios designados en la alta
dirección estatal.
Localmente es inexistente el análisis riguroso que diferencia el mundo
mediático de las bolsas de valores de lo que ocurre en el mundo real de las
actividades económicas en el largo plazo. Nos quedamos con el titular que
imponen agencias y calificadoras con su visión de parte.
En otras latitudes desarrolladas las afirmaciones sesgadas de las agencias de
noticias son cuestionadas y se les sindica como caja de resonancia de bancos de
inversión que transan en el mundo bursátil con uso de información privilegiada,
que supuestamente disponen con anticipación, filtrada por autoridades
monetarias.
Un ejemplo de lo mencionado es la reciente disminución en 50 pb (0.5%) de la
tasa de interés dictada por la FED (Reserva Federal) en los Estados Unidos, que
ha causado sorpresa en los analistas pues esperaban una disminución de 25 pb,
las observaciones son serias y ameritan referirse a ellas.
Tres son los temas planteados ante a la caída de la tasa : 1) que cada vez
que se ha dado una reducción importante de ella, ha precedido a una recesión,
ocurrió en 1989, 2000, 2007 y 2019; 2) que es una medida electoral que se
refleja en bolsa y en la actividad económica de corto plazo, dando sensación de
bienestar que favorece a Kamala Harris, y 3) que los bancos de inversión la
conocían de antemano y han ido de compras de acciones y papeles a precio bajo
que redituarán con el alza que se viene experimentando.
Localmente acabamos de verlo en el caso Petroperú, que tiene colocado 3,000
millones de dólares (MMUS$) en dos series de bonos en Nueva York: 1,000 de
vencimiento en el 2032 y 2,000 que vencen en el 2047. Las noticias en la prensa
económica han sido:1) que la calificadora Fitch & Rating (F&R) ha
considerado positivo el salvataje lanzado a la petrolera desde el Ministerio de
Economía y Finanzas y 2) que Bloomberg tituló que los bonos de vencimiento 2047
se dispararon.
El detalle es que F&R no ha movido la baja calificación de Petroperú y
que Bloomberg no ha dicho que la “disparada” fue de solo 4.5% y que
inmediatamente después se redujo en 2.2%, además, los papeles se siguen
cotizando 31% por debajo de su valor nominal.
Hay que interpretar con rigurosidad lo que nos venden las agencias de
noticias y las calificadoras, para evitar falsos triunfalismos y decisiones
erradas de gestión.