China desvela un histórico plan de estímulos para esquivar el mal de Japón.
China desvela un histórico plan de estímulos para esquivar el 'mal' de
Japón y abre las compuertas de la liquidez Oxford Economics: "Las medidas
políticas de hoy son audaces en términos históricos" El objetivo es que los
chinos vuelvan a consumir e invertir para reactivar la economía China se
encuentra en una espiral de desaceleración y descenso de precios
Pekín se ha puesto manos a la obra para intentar reanimar a un paciente que
llevaba varios meses (presentando unas constantes vitales cada vez más débiles
(desaceleración de la actividad, desinflación o cuasi deflación...). El Gobierno
de China ha anunciado un histórico paquete de medidas que toca a varios
sectores, pero que tiene un claro objetivo: devolver a los agentes chinos las
ganas de consumir e invertir. El paquete de estímulos presenta medidas de apoyo
al sector financiero, al inmobiliario y al mercado de valores para reavivar la
recuperación de la segunda economía mundial ante los temores sobre si podrá
cumplir con su objetivo de crecimiento de este año. "Pekín lanza una salva de
medidas de estímulo para estabilizar los precios de los activos, en vista del
desplome de los precios inmobiliarios y el bajo rendimiento de las acciones
chinas. China reconoce que está peligrosamente cerca de la experiencia
deflacionaria que vivió Japón hace décadas y hoy está tomando medidas decisivas
para estabilizar los precios de los activos y mantener vivo el espíritu animal",
aseguran desde TD Securities en una nota para clientes.
China lleva varios trimestres sufriendo una amenaza real: la temida
'japonización', un mal o enfermedad que atrapa a la economía en una espiral de
bajo crecimiento, baja inflación, escasa inversión y consumo, lo que termina
'congelando' el crecimiento del PIB agregado. Japón lleva décadas luchando
contra esta enfermedad que comenzó a expandirse en su economía en los 90 tras el
estallido de una burbuja inmobiliaria histórica. La decadente demografía, una
gran cantidad de deuda y el miedo a cometer los errores del pasado llevaron a
los japoneses a evitar el crédito, reducir el consumo y aumentar su ahorro de
forma estructural, dejando a la economía en una suerte de eterno letargo del que
aún no han salido. China parece seguir los mismos pasos que Japón. Con estas
medidas intentar escapar del 'mal' japonés o 'japonización' antes de que sea
demasiado tarde.
Lo cierto es que la economía de China está ralentizándose más rápido de lo
previsto, poniendo en duda incluso el objetivo de crecimiento anual del 5%. Los
elevados niveles de deuda (sobre todo privados y de entes públicos) y una
transición demográfica que es de las más rápidas del mundo (China va a perder
cada década a 100 millones de personas en edad de trabajar), están poniendo al
'gigante asiático' al borde de la 'japonización'.
Un salvavidas financiero Para empezar, el Banco Popular de China (BPC o
PBoC, el banco central) reducirá coeficiente de reservas de los bancos hasta el
nivel más bajo desde 2020 en un intento por incrementar el crédito. Los
analistas de Bloomberg creen que esta medida podría terminar liberando más de
140.000 millones de dólares de liquidez en el mercado. También se rebajarán los
tipos de interés a una de sus principales herramientas para financiar a los
bancos del país, lo que podría traducirse más adelante en una bajada
generalizada de los tipos de interés para promover el crédito en toda la
economía.
Además, se reducirán los intereses de los préstamos hipotecarios ya
existentes (es decir, a las hipotecas ya concedidas) -los chinos se ahorrarán
unos 21.000 millones de dólares, lo que afectará a unos 50 millones de hogares-
y se bajará al 15% la cuota mínima de entrada que deben abonar quienes deseen
comprar una segunda vivienda. También se dará más apoyo a un plan para que los
gobiernos locales conviertan casas sin vender en vivienda social. Las
autoridades también anunciaron la creación de mecanismos para ofrecer unos
114.000 millones de dólares tanto en financiación a firmas de valores, fondos o
aseguradoras, como en créditos para que las empresas que cotizan en bolsa
recompren sus acciones y eleven así su valor en el mercado.
El gobernador del banco central también dio a conocer un paquete para
apuntalar el atribulado sector inmobiliario del país, que incluye la reducción
de los costes de endeudamiento en hasta 5,3 billones de dólares en hipotecas y
la flexibilización de las reglas para la compra de segundas viviendas. Para el
asediado mercado de valores del país, China desbloqueará al menos 800.000
millones de yuanes (113 mil millones de dólares) de apoyo de liquidez, agregó
Pan, señalando que los funcionarios estaban estudiando la creación de un fondo
de estabilización de acciones.
Betty Wang, analista de Oxford Economics, explica los motivos que han llevado
a China a abrir de este modo la compuerta tras meses de vacilaciones y medidas
menos ambiciosas: "Creemos que la rápida evolución reciente de las condiciones
internas y externas ha sido la principal fuerza motriz de la última medida del
PBoC. A nivel interno, los datos económicos de agosto, más débiles de lo
esperado, sugieren que el riesgo de no alcanzar el objetivo de crecimiento de
este año ha aumentado. En el exterior, los recortes exagerados de tipos de la
Fed la semana pasada, junto con la entrada en modo de relajación de otros bancos
centrales importantes, ha aliviado la presión de depreciación sobre el yuan
chino y ha proporcionado al PBoC más margen para relajar la política
monetaria".
Euforia en los mercados Los mercados financieros han dado el visto bueno
al paquete. El índice CSI 300 ha subido por quinto día consecutivo, ganando
hasta un 1,3%, con más de 200 de las empresas que lo componen rebotando con
intensidad. Los mercados de materias primas se suman a la fiesta y el petróleo
rebota con fuerza, mientras que el yuan apenas registró cambios frente al dólar.
Los bonos soberanos perdieron terreno ante las ganancias de las acciones. Los
rendimientos de los bonos chinos a 10 años aumentaron 2 puntos básicos hasta el
2,05%, borrando una caída anterior hasta un mínimo histórico.
Aunque esta batería de medidas ha superado las expectativas y probablemente
ha puesto de nuevo el crecimiento en un punto más cercano al objetivo del 5%,
los analistas se preguntan si es suficiente para romper la espiral deflacionaria
de China y la arraigada crisis inmobiliaria.
La crisis inmobiliaria (al igual que sucedió en Japón), el envejecimiento
poblacional y la disminución de la fuerza laboral reducen la capacidad
productiva del país, limitando el crecimiento del PIB. Además, la deflación y el
bajo consumo privado resultan en una menor contribución de la demanda interna al
crecimiento económico. La falta de dinamismo en la economía puede también
desalentar la inversión extranjera y la innovación, perpetuando el estancamiento
del PIB. China aún está a tiempo de evitar este escenario, pero las medidas que
debe tomar Pekín deben ir más allá de los estímulos económicos (reformas
estructurales).
"Es difícil decir qué bala de plata puede ayudar a resolver todo", comenta
Ken Wong, especialista en carteras de acciones asiáticas de Eastspring
Investments Hong Kong. "Aunque es bueno tener medidas de flexibilización
monetaria que sean acomodaticias, es necesario hacer más para ayudar a
consolidar el crecimiento del cuarto trimestre". "El objetivo de la sesión de
hoy es inyectar confianza al mercado, a juzgar por el hecho de que las
autoridades revelaron las medidas de una sola vez", asegura Larry Hu, director
de economía china en Macquarie Group. "El impulso del estímulo aún necesitará
coordinación con otras políticas, en particular políticas de seguimiento desde
el lado fiscal".
Los economistas de Bloomberg aseguran que "este será un día para recordar
para la política monetaria de China. El Banco Popular de China desató un aluvión
de medidas, desde recortes tipos de interés y los requisitos de reserva, hasta
poner a disposición de los inversores fondos del banco central para comprar
acciones. Cada paso individual es significativo por sí solo. Implementarlos
todos a la vez es muy inusual y habla de la urgencia que se siente en Pekín para
evitar los riesgos deflacionarios y encaminar el crecimiento hacia el objetivo
del 5% de este año", sentencian estos expertos.
Reanimar el sector inmobiliario de China Estos economistas creen que el
impulso al crecimiento de 2024 será de alrededor de 0,2 puntos porcentuales, y
la mayor parte del impacto caerá en 2025. Chang Shu, economista de China. El
recorte de medio punto porcentual, más grande de lo esperado, de la Reserva
Federal ha dado a los bancos centrales de toda Asia más margen de maniobra. Pero
hacer que el dinero sea más barato no levantará la economía si los consumidores
chinos no quieren gastar si prevén que se avecinan despidos en medio de la caída
de los beneficios y los precios de la vivienda siguen cayendo.
No todo el mundo está de acuerdo en el impacto de estas medidas. "Está muy
lejos de ser una bazuca", asegura el economista jefe de ANZ para la Gran China,
Raymond Yeung, sobre el paquete. "No estamos seguros de hasta qué punto la
reducción de los tipos en las hipotecas inducirá la recuperación del sector
inmobiliario".
La Fed ayuda a abrir las compuertas en China "El inicio de los recortes de
la Fed allana ahora el camino para un estímulo agresivo también en China, con el
fin de apoyar la débil economía y el atribulado mercado inmobiliario, sin
ejercer una presión no deseada sobre el yuan. Queda por ver si las medidas son
suficientes para que China cumpla su objetivo de crecimiento en torno al 5% este
año, pero la relajación al menos ha contribuido a que los mercados bursátiles
suban", plantea Elisabet Kopelman, analista del banco sueco SEB.
"Las medidas políticas de hoy son audaces en términos históricos", considera
Wang, de Oxford. Por un lado, señala, es la primera vez desde la pandemia que el
banco central ofrece una combinación de recortes de tipos, recortes de ratio de
reservas obligatorias (RRR) y políticas monetarias estructurales al mismo
tiempo. Por otro lado, un recorte de 20 puntos básicos en el tipo repo inverso a
7 días y un recorte generalizado de 50 puntos básicos en el tipo RRR también son
poco frecuentes. En los últimos años, el PBoC ha tendido a dirigir su política
monetaria de forma precisa y selectiva, remacha la estratega.
"Se trata de un gran paso para una institución conservadora como el Banco
Popular de China, que normalmente reduce los tipos en incrementos de 10 puntos
básicos. Además, el tipo de interés oficial nunca se ha reducido, al mismo
tiempo que se libera liquidez en el sistema bancario mediante un coeficiente de
reservas obligatorias más bajo", agrega Volkmar Baur, analista de
Commerzbank.
Sin embargo, el economista del banco alemán teme que estas medidas no aborden
el núcleo de los problemas de China: "No están del lado de la oferta ni son
cíclicas. En particular, la demanda privada es estructuralmente demasiado baja.
Por eso, la inflación en China ha estado cerca del 0% durante meses, mientras
que el superávit comercial ha estado creciendo. Durante meses, el único
crecimiento ha sido en las industrias favorecidas por el gobierno, que no tienen
escasez de financiación. Por otro lado, existe un alto nivel de incertidumbre
entre la población, ya que el mercado laboral no funciona bien y el mercado
inmobiliario está en crisis desde hace años. Las reformas estructurales que
mejoren la seguridad social y aumenten la proporción de los salarios en el
ingreso nacional total podrían garantizar que la alta tasa de ahorro de los
hogares caiga y el consumo privado aumente".
A corto plazo, zanja Baur, la situación económica de China podría mejorar un
poco. No obstante, desde el punto de vista estructural, se espera que el
crecimiento de China sea menor y, por lo tanto, que los tipos de interés sean
más bajos. "En nuestra opinión, esto no es todavía el gran bazooka necesario
para enderezar la situación. Pero puede complementarse con medidas de política
fiscal y al menos debería dar un impulso a corto plazo al crecimiento chino. Sin
embargo, es probable que llegue demasiado tarde para que el Gobierno alcance su
objetivo del 5%. Esperamos un crecimiento del 4,8% este año", coincide Johan V
Raychaudhuri Christensen, analista de Danske Bank. Vicente Nieves Mario
Becedas 24/09/2024 - El Economista.